COLLECTA:
Oh, Dios, el Rey de gloria, tú has exaltado a tu hijo Jesucristo con gran triunfo a tu Reino en el cielo: No nos dejes sin alivio, pero mándanos a tu Espíritu Santo para que nos fortalezca y exáltanos a ese lugar adonde nuestro Salvador Cristo a ido antes que nosotros; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, en Gloria eterna. Amen.
PRIMERA LECTURA: Hechos 1:6-14:
6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron:
—Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?
7 —No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—. 8 Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
9 Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. 10 Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
11 —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.
Elección de Matías para reemplazar a Judas
12 Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad.[b] 13 Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. 14 Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.
SALMOS 47
1 Aplaudan, pueblos todos; aclamen a Dios con gritos de alegría. 2 ¡Cuán imponente es el Señor Altísimo, el gran rey de toda la tierra! 3 Sometió a nuestro dominio las naciones; puso a los pueblos bajo nuestros pies; 4 escogió para nosotros una heredad que es el orgullo de Jacob, a quien amó. Selah
5 Dios el Señor ha ascendido entre gritos de alegría y toques de trompeta. 6 Canten salmos a Dios, cántenle salmos; canten, cántenle salmos a nuestro rey.
7 Dios es el rey de toda la tierra; por eso, cántenle un salmo solemne.[a] 8 Dios reina sobre las naciones; Dios está sentado en su santo trono. 9 Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham, 10 pues de Dios son los imperios de la tierra. ¡Él es grandemente enaltecido!
SEGUNDA LECTURA: 1 Pedro 4:12-19:
Sufriendo por seguir a Cristo
12 Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. 13 Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. 14 Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. 15 Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. 16 Pero, si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y, si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios!
18 «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?»[a]
19 Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel creador y sigan practicando el bien.
EL EVANGELIO: Juan 17:
Jesús ora por sí mismo
17 Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así:
«Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti,2 ya que le has conferido autoridad sobre todo mortal para que él les conceda vida eterna a todos los que le has dado. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.4 Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5 Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.
Jesús ora por sus discípulos
6 »A los que me diste del mundo les he revelado quién eres.[a] Eran tuyos; tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra. 7 Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, 8 porque les he entregado las palabras que me diste, y ellos las aceptaron; saben con certeza que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos. 10 Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he sido glorificado. 11 Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti.
»Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros.
NOTAS de la Biblia de Estudio Ortodoxa
HECHOS 1:6 Que los discípulos estén enfocados en el establecimiento de un reino terrenal nos muestra que el Espíritu Santo todavía no seles ha dado, ya que fue solo después de Pentecostés los discípulos recibieron un entendimiento total del Reino de Dios. Aquí, los discípulos están haciendo la pregunta incorrecta, ya que Cristo no iba a restaurar el reino de Israel, pero iba a restaurar a Israel y al mundo para el Reino.
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1:9-11 La ascensión de Cristo es su coronación en el cumplimiento de autoridad divina y gloria. Imágenes de la ascensión representan a Cristo de tal manera que uno no puede ver si va al cielo o viene de regreso a la tierra. Esto captura la profunda verdad de que ya estamos viviendo bajo su reino mientras esperamos su regreso. Sin embargo, la imagen muestra a Cristo siendo llevado hacia arriba (v. 11), regresando otra vez de la misma manera (v. 11), y sin embargo constantemente presente (Mt 28:20). Los creyentes no deben de permanecer estáticos observando hacia el cielo, más bien son llamado a una fe virtuosa y de acción en este mundo hasta que regrese Cristo.
Salmos 47 es una profecía de Cristo (el Fin) y su ascensión al padre (v. 6). Y el Hombre que ascendió es llamado Dios, Señor, Altísimo, y Rey; por lo tanto, Jesucristo es igual con el Padre. También, el Cristo ascendido es adorado por la iglesia como Dios y como hombre, y con gozo, con temor y con inteligencia.
1Pedro 4:12-13 El juicio intenso es el sufrimiento de tribulaciones que nos tienta para no ser fieles, a la ruina de nuestra fe. El pueblo de Dios siempre ha sufrido injustificadamente, pero en el bautismo el sufrimiento en el cual participamos es el de Cristo mismo, que al final nos traerá gozo (v. 13).
4:17-19 La difamación y la persecución purifican a la iglesia para el juicio, pero los que nos persiguen y los que no siguen a Dios (v. 18) están apilando condenación para ellos mismos. La severidad del juicio presente de los justos es evidente de que los alejados de Dios enfrentarán un fin aterrador. Los cristianos que sufren pueden tener la confianza de que Dios es fiel (v. 19) y justo.
Juan 17:3 El conocimiento del único y verdadero Dios es mucho más que un entendimiento intelectual. Es participar en su vida divina y en comunión con él. Así que, la vida eterna es un aprendizaje constante del amor de Dios en Cristo y el Espíritu Santo.
17:4 La obra de Cristo no puede nunca ser separada de quién él es. Este verso es una declaración que cada creyente puede hacer al final de su vida, sin importar que tan larga o corta sea esa vida.
17:6 Estos son los apóstoles. Por medio de ellos la Palabra de Dios llega a nosotros. Esta trasmisión de la Palabra de Dios a las generaciones se le llama la tradición apostólica.
Isaías profetizó que, en los días del Mesías, el conocimiento del nombre de Dios sería revelado (Is 52:6). Tu nombre: En los tiempos del Antiguo Testamento, la frase “el Nombre” era usado de manera reverente como substituto para el nombre de Dios “Yahweh,” el cual era demasiado sagrado como para pronunciar. La revelación total de “el Nombre” fue dada a aquellos quienes creen en Jesucristo, ya que Cristo manifestó el nombre no solo al declarar al Padre, pero por medio de ser la presencia de Dios y compartir el nombre con Él.
7:9 Cristo primero oró por él mismo (vv. 1–5) y después por ellos, los apóstoles (vv. 6–19). Solo hasta entonces él ora por aquellos a quienes me has dado— todos los llegarán a creer en él (vv. 20–26). Aquí el mundo es la porción de la humanidad en rebelión en contra de Dios, aquellos que prefieren la oscuridad a su Luz
RETO: ¿Cuál es la obra que Dios te ha llamado a cumplir?
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La Ley del Círculo Interno: Liderazgo Cuando Nadie Ve
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La mayoría de lo que llamamos Jesús “oración del Sumo Sacerdote” tiene que ver con este círculo interno. Hacía el final de su vida, él sentía agudamente seguro de que el éxito de su obra dependía importantemente en sus doce discípulos quienes él había entrenado. Observa por lo que oramos:
2. Su cumplimiento (v. 13)
5. Su fruto (vv. 18–20)
6. Su compañerismo (vv. 21–23)
7. Su sentido de familia (vv. 24–26)
Cuando Jesús supo que le quedaban solo 12 horas de vida, no comenzó grandes campañas. No trató de cambiar las leyes. Ni siquiera intentó hacer más ministerio público. Pasó el tiempo orando.
La oración es un hábito muy importante para el líder (hechos 6;4). El liderazgo que proveemos y que nadie ve podría ser más importante que lo que hacemos en público. Los seguidores piensan en el liderazgo como algo que se ve. En realidad, el liderazgo es como un tempano de nieve; la mayor parte esta por debajo del agua y no se ve.
La oración del líder te dice mucho sobre el líder. Revela su compromiso y sus inquietudes. La oración mantiene al líder enfocado. Mantiene al líder dependiendo en Dios. Le da compasión al líder en su corazón para la gente, debemos orar por ellos.
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