COLECTA
Dios todopoderoso, que al conocerte verdaderamente eres vida eterna: Danos la oportunidad de conocer perfectamente a tu hijo Jesucristo quien es el camino, la verdad y la vida, que sigamos fielmente sus pasos de la manera que lleva a la gloria eterna; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien vive y reina contigo, en unidad con el Espíritu Santo, un solo Dios, por siempre y para siempre. Amen.
HECHOS 17:1-15
En Tesalónica
17 Atravesando Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Como era su costumbre, Pablo entró en la sinagoga y tres sábados seguidos discutió con ellos. Basándose en las Escrituras, 3 les explicaba y demostraba que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara. Les decía: «Este Jesús que les anuncio es el Mesías». 4 Algunos de los judíos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas, como también lo hicieron un buen número de mujeres prominentes y muchos griegos que adoraban a Dios.
5 Pero los judíos, llenos de envidia, reclutaron a unos maleantes callejeros, con los que armaron una turba y empezaron a alborotar la ciudad. Asaltaron la casa de Jasón en busca de Pablo y Silas, con el fin de procesarlos públicamente. 6 Pero, como no los encontraron, arrastraron a Jasón y a algunos otros hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: «¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá, 7 y Jasón los ha recibido en su casa! Todos ellos actúan en contra de los decretos del emperador, afirmando que hay otro rey, uno que se llama Jesús». 8 Al oír esto, la multitud y las autoridades de la ciudad se alborotaron; 9 entonces estas exigieron fianza a Jasón y a los demás para dejarlos en libertad.
En Berea
10 Tan pronto como se hizo de noche, los hermanos enviaron a Pablo y a Silas a Berea, quienes al llegar se dirigieron a la sinagoga de los judíos. 11 Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba. 12 Muchos de los judíos creyeron, y también un buen número de griegos, incluso mujeres distinguidas y no pocos hombres.
13 Cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también en Berea estaba Pablo predicando la palabra de Dios, fueron allá para agitar y alborotar a las multitudes. 14 En seguida los hermanos enviaron a Pablo hasta la costa, pero Silas y Timoteo se quedaron en Berea. 15 Los que acompañaban a Pablo lo llevaron hasta Atenas. Luego regresaron con instrucciones de que Silas y Timoteo se reunieran con él tan pronto como les fuera posible.
SALMOS 66
66 ¡Aclamen alegres a Dios, habitantes de toda la tierra! 2 Canten salmos a su glorioso nombre; ¡ríndanle gloriosas alabanzas! 3 Díganle a Dios: «¡Cuán imponentes son tus obras! Es tan grande tu poder que tus enemigos mismos se rinden ante ti. 4 Toda la tierra se postra en tu presencia, y te cantan salmos; cantan salmos a tu nombre». Selah
5 ¡Vengan y vean las proezas de Dios, sus obras portentosas en nuestro favor! 6 Convirtió el mar en tierra seca, y el pueblo cruzó el río a pie. ¡Regocijémonos en él! 7 Con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan a las naciones. ¡Que no se levanten contra él los rebeldes! Selah
8 Pueblos todos, bendigan a nuestro Dios, hagan oír la voz de su alabanza. 9 Él ha protegido nuestra vida, ha evitado que resbalen nuestros pies.
10 Tú, oh Dios, nos has puesto a prueba; nos has purificado como a la plata. 11 Nos has hecho caer en una red; ¡pesada carga nos has echado a cuestas!
1 PEDRO 2:1-12
2 Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia, 2 deseen con ansias la leche pura de la palabra,[a] como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, 3 ahora que han probado lo bueno que es el Señor.
La piedra viva y su pueblo escogido
4 Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, 5 también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. 6 Así dice la Escritura:
«Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado».[b]
7 Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos,
«la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular»,[c]
8 y también:
«una piedra de tropiezo y una roca que hace caer».[d]
Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.
9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.
11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo que se aparten de los deseos pecaminosos[e] que combaten contra la vida. 12 Mantengan entre los incrédulos[f] una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.[g]
EL EVANGELIO: Juan 14:1-14
Jesús consuela a sus discípulos
14 »No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.[a] 2 En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. 3 Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. 4 Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy».
Jesús, el camino al Padre
5 Dijo entonces Tomás:
—Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?
6 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. 7 Si ustedes realmente me conocieran, conocerían[b] también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.
8 —Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.
9 —¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”?10 ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras. 11 Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos créanme por las obras mismas. 12 Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. 13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. 14 Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.
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